Galileo, El Primer Rockstar de la Ciencia

“Hay un solo espacio general, una vasta inmensidad única a la que podemos llamar libremente vacío: en él están los orbes innumerables como éste en el que vivimos y crecemos, declaramos que este espacio es infinito, ya que ninguna razón, conveniencia, percepción sensorial ni naturaleza le asigna un límite.”

G. Bruno

 

Galileo Galilei por Justus Sustermans. Disponible en: https://bit.ly/2NIGZTR

Es la tarde de cualquier día de octubre de 1604 y estamos frente a la Torre de Pisa. Todavía faltan siglos para que los terrenos colindantes se llenen de centenares de turistas que buscan la mejor foto intentando enderezar —o sostener, dependiendo de la masa de cada uno— la torre erigida en el siglo XII. Faltan también siglos enteros para que los primeros rockstars llenen Wembley o cualquier otro escenario enorme por varias noches seguidas. Pero acá en la Pisa del siglo XVIII, está a punto de suceder el más grande suceso de la historia: el primer gran ‘concerto’ al aire libre. Estamos a punto de presenciar cómo se acaban —o se estrellan contra el piso— 2000 años de tradición aristotélica, estamos a punto de ver el primer experimento de la historia, el primer evento convocado antes de la invención de Facebook.

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La mítica Torre Inclinada de Pisa, iniciada en el siglo XII. Crédito: Wikipedia. Disponible en: https://bit.ly/2OthBhN

Ese día, el cual podríamos considerar como el mito fundacional de la Ciencia moderna —pues ahora resulta inverosímil pensar que este hecho de verdad pasó—, que es comparable con la fundación de Roma por Rómulo y Remo, la competición entre Poseidón y Atenea por la fundación de Atenas o la fundación de la antigua Tenochtitlán en el lugar donde estuviera “un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente”; Galileo tiraría al suelo no sólo el pensamiento, sino también la forma en cómo se ‘hacia’ Ciencia en sus días. Ante el público que lo esperaba alrededor de la torre, Galileo salió por una ventana del último piso de la torre y dejó caer dos objetos con la misma forma, pero de diferente masa con el fin de probar de que los cuerpos no caían al suelo más o menos rápido en función de su masa; sino en función de su forma. Había inventado la experimentación, había introducido el método que hasta el día de hoy usamos los ­científicos de todas las ramas para intentar entender el mundo que nos rodea.

Pero más allá de si sucedió o no, de si en verdad hubo un evento como el descrito —algo en lo que los historiadores no se han puesto de acuerdo con el correr del tiempo— no se puede negar la importancia y el papel fundamental que cumplió Galileo Galilei en la historia de la Ciencia.

Son muchas las anécdotas que plagan la vida de este pisano —en su tiempo la península itálica estaba dividida en ducados, repúblicas y otros estados independientes— hijo de una familia perteneciente a la baja nobleza del Gran Ducado de Toscana. Todo un hijo de su época, a Galileo se le atribuyen trabajos como astrónomo, filoso, ingeniero, matemáticas y física; sin dejar de lado su amplio conocimiento en música —tocaba el laud—, arte que había aprendido de su padre ¡Todo un polímata el señor! [1].

Galileo, que por poco es sacerdote y por imposición de su padre fue a la Universidad de Pisa; estudió medicina, descubrió durante su estancia en la universidad pronto su verdadera vocación de la mano de su maestro de matemáticas, Ostilio Ricci; quien tenía la rara costumbre para su época de unir la teoría con la practica experimental. Todo esto sumado a su creciente interés en la obra de Euclides, Pitágoras, Platón y Arquímedes en clara oposición al pensamiento aristotélico tan aceptado en su época, llevan a que Galileo renuncie a la medicina y emprenda su carrera dentro de las matemáticas.

Lejos de lo que sucedería a lo largo de su vida, las dificultades económicas, familia a cargo y demás temas de los cuales es mejor alejarse con el fin de exaltar su ingenio, la carrera científica de Galileo comenzaría un poco tarde en su vida. Solo cuando vuelve a Padua  —en ese tiempo bajo el dominio de la República de Venecia— luego de abandonar la universidad e intentar buscar un cargo que se acomodara a sus necesidades, Galileo pasó tiempo dedicado a otros asuntos ajenos para él hasta la época, entre ellos la arquitectura militar, la castrametación —manera en la que se disponen los campamentos militares—, la topología y todos los temas que pudieran entrar dentro de los contenidos de sus clases particulares que departía a hijos de acaudalados nobles de la ciudad. De este tiempo datan invenciones suyas como una bomba hidroneumática, el termoscopio —un mecanismo sencillo que muestra los cambios de temperatura— y un mecanismo que mostró por primera vez en su primera obra impresa: Operaciones del Compás Geométrico y Militar (1606). Este mecanismo originalmente estaba diseñado para ser aplicado en la artillería, pero Galileo no demoró en perfeccionarlo y llevar su uso a la solución de muchos otros problemas, el éxito del mecanismo para Galileo le asegura parte de sus ingresos debido a la fabricación y comercialización del mismo [2].

Tener estos ingresos, le permitió volver a poner sus ojos en sus estudios abandonados sobre el movimiento, donde logró hacer observaciones muy asombrosas sobre el péndulo y el desplazamiento en planos inclinados con el fin de lograr revelar que ley rige la caída de los cuerpos. Es en este tiempo cuando empieza a germinar las ideas que tiempo después plasmaría en sus Discursos y Demostraciones Matemáticas en Torno a Dos Nuevas Ciencias (1638), texto donde plasma todo su aporte a la Física [2].

Sobre el telescopio y el papel que juega Galileo en la historia del instrumento se ha escrito mucho, llegando a considerársele erróneamente como el inventor único de dicho objeto. Lo cierto es que fue en 1609, durante una visita de éste a Venecia pidiendo un aumento, cuando Galileo tuvo noticia de un nuevo instrumento óptico que un holandés había presentado al príncipe Mauricio de Nassau; se trataba del anteojo, cuya importancia práctica captó Galileo inmediatamente, dedicando sus esfuerzos a mejorarlo hasta hacer de él un verdadero telescopio. De esta manera el mérito verdadero de Galileo con el telescopio fue convertirse en el primero que acertó en extraer del instrumento un provecho científico decisivo. Acá comenzaría su camino para convertirse en el siderius nuncius, un hito que supondría una victoria para la Ciencia y la razón contra el oscurantismo cultural y religioso de la Edad Media [3].

Galileo presenta su telescopio en Venecia. Disponible en: https://bit.ly/2MADSbT

Detalles de la Luna por Galileo. Disponible en: https://bit.ly/2xllnTX

Con telescopio en mano, durante más de un mes Galileo observó la luna y logró detallar que sobre su superficie del satélite había resaltos, había montañas igual que sobre la superficie del planeta. Dichas observaciones ponían en entredicho la teoría aristotélica que señalaba que los cuerpos celestes eran esferas perfectas. Por otra parte, el descubrimiento de 4 satélites que orbitaban alrededor de Júpiter; ponía en entredicho el principio de que la Tierra tuviera que ser el centro de todos los movimientos que se produjeran en el cielo. A finales de 1610, Galileo observó que Venus presentaba fases semejantes a las lunares, hecho que interpretó como una confirmación empírica al sistema heliocéntrico de Copérnico, ya que éste, y no el geocéntrico de Tolomeo, estaba en condiciones de proporcionar una explicación para el fenómeno [2].

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Recreación del telescopio de Galileo. Créditos: Museo Galileo, Firenze, Italia. Disponible en: https://bit.ly/2QzZzvQ

A diferencia de los similares que existían en su época, el telescopio de Galileo no deformaba los objetos, lograba un aumento de 6 veces y gracias a una lente divergente daba la imagen en la orientación correcta [4]. El perfeccionamiento del instrumento le llevaría a descubrir la constelación de Orión, los cúmulos de estrellas, los anillos de Saturno y las manchas solares [3]. Con las observaciones, notas y dibujos que había logrado hacer durante este tiempo, Galileo redactó a toda prisa un breve texto que se publicó en marzo de 1610 y que no tardó en hacerle famoso en toda Europa: El mensajero sideral (Sidereus Nuncius). Elogios en italiano y en dialecto veneciano celebraron la obra. Tommaso Campanella escribía desde su cárcel de Nápoles: «Después de tu Nuncio, oh Galileo, debe renovarse toda la ciencia». Kepler, desconfiado al principio, comprendió después todas las ventajas que se derivaban de usar un buen telescopio, y también se entusiasmó ante las maravillosas novedades.

Pero los problemas no tardaron en llegar, y a medida que su fama, prestigio y aportes a la disciplina naciente eran más notables los escándalos estuvieron al orden del día. Aparecieron enemigos de sus observaciones que, aún aferrados al método aristotélico que permeaba la vida por este entonces; comenzaron a atacarlo y a negar sus afirmaciones. Los geocentristas —algo así como los terraplanistas de hoy día— consiguieron un fuerte aliado en el cardenal Roberto Belarmino, quien gracias a su poder logra iniciar una investigación de parte de la Inquisición hacia Galileo. Al principio Galileo resulta ‘a prueba de balas’ desde el terreno de la Ciencia, por lo cual los ataques resultaron ser desde donde la iglesia se sentía mejor: censurando las ideas de Copérnico pues el Papa Paulo V las consideró como absurdas y una herejía. Así, bajo esta decisión papal; a Galileo se le obliga a presentar sus trabajos como una simple conjetura, como una idea propia que no se había comprobado, lo que no cae muy bien entre el propio Galileo, sus colegas y la gente de a pie [4].

Otro asunto que no gustó a la iglesia fue la lengua en la cual Galileo publicaba sus escritos. Para la época y mucho tiempo luego de Galileo la lengua noble fue el latín, por lo cual todo texto fruto del pensamiento humano debía ser publicado en dicha lengua. Pero como todo el mundo no conocía dicha lengua, el conocimiento se limitaba a las altas clases y los eruditos que habían pasado largo tiempo estudiando en textos toda su vida. En el caso de Galileo, sus escritos fueron publicados en lengua vulgar, la que hablaba el ciudadano de a pie y permitía que cualquier persona que tuviera un poco de conocimiento pudiera leer sus textos.  Con esto y con sus obras acusadas de heréticas un viejo Galileo fue citado en Roma en 1632. Con amenazas de tortura, Galileo es obligado a ‘confesar’ y renegar sus ideas siendo condenado a prisión perpetua. Todo sucede tal cual fue proclamado por la Inquisición, pero como causas que se han debatido durante mucho tiempo, el Papa niega la prisión a Galileo y cambia su pena por prisión domiciliaria por el resto de su vida [5].

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Portada de la primera edición de ‘Sidereus Nuncius‘. Disponible en: https://bit.ly/2D6mKvf

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Representación del cielo según Galileo. Disponible en: https://bit.ly/2MHSXIu

Sobre este acontecimiento en su vida existe otro pequeño mito, un tanto más romántico, íntimo y glorioso, una verdad a gritos que el oscurantismo medieval pretendía callar llevándose consigo a todos los involucrados. Fiel a sus creencias y queriendo conservar su vida, Galileo luego de haber declinado de sus pensamientos y observaciones ante la Inquisición atinó a decir, según unas versiones entre susurros; “Eppur si muove” (y sin embargo se mueve). Otros dicen que el momento en cual esta frase fue pronunciada fue posterior a su abjuración, Apócrifa o no, la divisa se ajusta a Galileo por la actitud frente a la autoridad que representaba la Iglesia en las verdades de la fe, y frente a Ptolomeo y Aristóteles en las verdades de la ciencia.

Ciego, vetado de por vida y con el desprestigio impuesto por la iglesia, Galileo murió en prisión domiciliaria en donde solo lo acompañaba un asistente. No obstante, la revolución en la que había participado nunca se detendría, los logros hechos por el hombre llegarían lejos en el tiempo, muy por encima de cualquier organización que se les pusiera en frente. El universo, sus ideas y la Ciencia se seguirían moviendo por mucho tiempo.

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Galileo por STEM. Disponible en: https://bit.ly/2MGM7Tz

 

Para Saber Más:

[1] Biografía de Galileo Galilei [Internet] Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Galileo_Galilei

[2] Galileo Galilei [Internet] Disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/monografia/galileo/

[3] Curiosidades Sobre Galileo Galilei [Internet] Disponible en: https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/curiosidades-sobre-galileo-galilei-341468498184

[4] Galileo Galilei, Biografía [Internet] Disponible en: https://okdiario.com/curiosidades/2018/01/07/galileo-galilei-biografia-1662036

[5] Eppur si Muove, La Historia de un Genio [Internet] Disponible en: https://www.laizquierdadiario.com/Eppur-si-muove-la-historia-de-un-genio

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