Las personas tenemos la noción de frío o calor, una idea intuitiva que nos transmite nuestro propio cuerpo a través de los termorreceptores. Esta sensación fisiológica debida al tacto que nos permite clasificar los objetos en fríos y calientes nos introduce a la idea de temperatura y calor.
La temperatura de un objeto o lugar, ligada a la noción de frío o calor, está determinada por la energía asociada al movimiento de sus partículas, este movimiento es conocido como energía cinética y puede ser de traslación, rotación o de vibración. Entre menor sea el movimiento de sus partículas hay menor energía cinética en el sistema y por esto, se encuentra a una temperatura más baja.
Como la física va más allá de nociones intuitivas y busca representaciones que se puedan expresar de forma numérica, se idearon formas de medir la temperatura con unidades de magnitud. Cotidiana y comúnmente, usamos la escala de temperatura conocida como grados Celsius o Centígrados que se definió originalmente considerando las temperaturas de congelación y de ebullición del agua a una atmósfera presión, asignándoles los valores 0 °C y 100 °C respectivamente. La unidad de temperatura del Sistema Internacional de Unidades (SI) es el kelvin y corresponde a la escala absoluta ya que en el 0 de la escala (la temperatura de 0 K) es denominada ‘cero absoluto’ y corresponde al punto en el que las moléculas y átomos de un sistema tienen la mínima energía térmica posible y este es un valor límite, imposible de conseguir así como es imposible alcanzar la velocidad de la luz. El valor de 0 K equivale a -273.15 °C.
En nuestro planeta hay muchos lugares habitados por personas que presentan temperaturas extremadamente bajas uno de ellos, considerado el pueblo más frío del mundo, es la ciudad de Oymyakón en Siberia, donde se registró una temperatura de -71,2 °C en 1926. Aunque, también se han registrado temperaturas menores a los -98 °C en la Antártida, cerca al macizo montañoso Antártico. Esta es la temperatura más baja que puede llegar a experimentar la superficie de la tierra.
En nuestro sistema solar, hay también lugares con temperaturas demasiado bajas por ejemplo, en la Luna que al no tener atmósfera, llega a experimentar temperaturas extremas, llegando a tener alrededor de -153 °C en los puntos donde no hay luz solar. Debido a la inclinación de la Luna, hay lugares en sus polos (cráteres) que nunca ven la luz del Sol, donde se han medido temperaturas que van desde los -238 °C (35.15 K) hasta los -247 °C (26.15 K). Estas son las temperaturas más bajas que se han registrado en nuestro sistema solar ya que por ejemplo en Marte se ha medido una temperatura mínima de -87 °C (186 K) y en Plutón se ha registrado un mínimo de -250 °C (33 K).

Mapa de temperaturas del polo sur lunar. NASA/Jet Propulsion Laboratory
En la gran distancia que hay entre las estrellas y galaxias, el vacío del espacio exterior, pueden encontrarse temperaturas de -270 °C (3 K). Pero en el universo hay algo incluso más frío que el propio vacío del espacio exterior y actualmente tiene la menor temperatura registrada, es una nebulosa ubicada a 5 mil años luz de distancia y con un radio de 1 año luz, es conocida como la nebulosa Boomerang. Esta nebulosa procedente de una estrella muerta, está ubicada en la constelación del centauro y es una nube de gas que se encuentra en muy rápida expansión, esta a una velocidad de 164 km/s, lo que hace que su temperatura disminuya, teniendo así una temperatura promedio de sólo 1 grado Kelvin, es decir, un grado por encima del cero absoluto o -272,15 °C tendiendo así, la temperatura más baja encontrada por fuera de un laboratorio.

De ESA/NASA – http://www.spacetelescope.org/images/heic0301a/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2128416
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